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Viernes 08 de abril de 2011
lanacion.com SociedadConquistó el Paraná y ahora busca el Guiness en el Río de la Plata
Gustavo Villarreal, que tiene amputada parte de su pierna izquierda, logró cruzar el río a nado, de Rosario a San Nicolás, y se convirtió en el primer nadador con capacidades diferentes en superar esa prueba
Viernes 08 de abril de 2011 | 09:17 (actualizado a las 09:17)
Incansable. Tal vez ese sea uno de los términos que mejor define a Gustavo Villarreal, el nadador que tiene amputada la parte baja de su pierna izquierda y que el fin de semana concretó un proyecto que venía vislumbrando hace meses:cruzar a nado los 70 kilómetros que separan a Rosario de San Nicolás.
El sábado último, esas dos ciudades fueron testigos de su tenacidad durante las 11 horas en las que se extendió la travesía del Paraná, que incluyó etapas de adrenalina e incertidumbre por la tormenta que amenazaba con obligar a abandonar toda la hazaña.
Mientras se recupera de la intensa práctica deportiva, Gustavo revivió con lanacion.com las postales de una jornada histórica en la que se convirtió en el primer nadador con capacidades diferentes en poder cubrir ese tramo.
"Me siento muy bien conmigo mismo y feliz con todo lo que puede dar mi cuerpo", expresó en una entrevista con este medio. "Tuvimos momentos difíciles. Antes de iniciar el cruce llovía torrencialmente y tuvimos que postergarlo por unas horas. Ya en el trayecto, nos encontramos con zonas con mucha correntada, sumadas a los islotes que formaban los camarotes al pasar, y otras en las que el río [Paraná] estaba planchado. Fue un desgaste muy grande, pero el aliento y los saludos de la gente desde las lanchas nos ayudaron a seguir", describió.
Un equipo de nadadores, deportistas, médicos y hasta su esposa, Claudia, lo acompañaron desde un barco, tal como estaba previsto: "Me hidrataban cada 45 minutos y me acercaban todo tipo de frutas y pescado. Necesita combustible. Quería llegar a destino", relató.
Tras varias horas con pronóstico desalentador, lluvias y cielo encapotado, un sol radiante inundó la mañana. Gustavo lo interpretó como una clara señal de que debía continuar. Y así lo hizo.
Al caer la tarde, después de nadar la mayor parte del trayecto, la oscuridad lo obligó a concentrarse para poder avanzar. "Mi miedo era que la Prefectura no nos dejara terminar porque está prohibido nadar de noche. Por suerte, como nos faltaba muy poco, no nos dijeron nada. A los 45 minutos, logramos ingresar a la entrada del Club de Regatas de San Nicolás, donde los directivos me entregaron un banderín por haber superado la prueba".
Ahora, se muestra impaciente por regresar a una rutina que eligió hace varios años. Es que el mismo se define a sí mismo como "un delfín que no puede vivir sin agua".
La semana que viene tiene pensado retomar el entrenamiento para estar en condiciones de competir en un campeonato de pileta en Miramar. Más adelante, intentará cubrir por etapas distintos tramos hasta alcanzar el puerto de Buenos Aires. Finalmente, nadará y nadará durante meses en vistas de alcanzar lo que hoy es su máximo desafío: ingresar en el Libro Guiness de los Récords como el primero nadador con capacidades diferentes que logra cruzar el impresionante Río de la Plata.
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